Casi una cuarta parte de todos los niños menores de cinco años del mundo sufren retraso del crecimiento como consecuencia de la desnutrición crónica. Tristemente, en países como Guatemala esto no es una excepción. 

El sufrimiento de estos 150 millones de niños es innecesario porque la desnutrición puede prevenirse con mejores prácticas sanitarias y dietéticas y servicios de agua y saneamiento de calidad. En otras palabras, depende de nosotros inducir el cambio.

Esta es la razón por la que la erradicación de la malnutrición se incluyó en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y recibió el apoyo de la comunidad internacional.

En Guatemala, donde la pobreza afecta a la mitad de la población, esta lucha es más importante y urgente que en cualquier otro país de América Latina y el Caribe, ya que presenta las tasas más altas de la región: casi un millón de niños menores de cinco años sufren desnutrición crónica o retraso en el crecimiento.

Esto pone en peligro no sólo su futuro, sino también el de la sociedad. ¿La razón? La desnutrición tiene enormes consecuencias para el resto de la vida de los niños, así como para los países.

Erradicando la pobreza

Los niños que sufren desnutrición corren un mayor riesgo de morir en sus primeros años.

Más adelante, experimentan limitaciones físicas y cognitivas porque, entre otras razones, pueden experimentar hasta un 40% menos de desarrollo estructural del cerebro una vez que alcanzan sus primeros 1,000 días de vida, contados desde la concepción, un periodo clave para el desarrollo de todo niño.

Esto, a su vez, significa que a menudo aprenden más despacio y ganan menos con su trabajo. Además, corren mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas a largo plazo.

El programa de nutrición que apoya a Guatemala

El grave problema de la desnutrición en el país

La desnutrición compromete el aspecto más importante del desarrollo futuro de Guatemala: su capital humano.

Es decir, su gente. En virtud de sus limitados conocimientos, habilidades y salud, son incapaces de desarrollar todo su potencial como miembros productivos de la sociedad.

En Guatemala, el índice de capital humano se sitúa en 0,46, lo que significa que la productividad como futuro trabajador de un niño nacido hoy es un 54% inferior a la que tendría con plena salud y educación.

Esto, a su vez, desencadena otras consecuencias. Sin capital humano productivo, los países no pueden sostener el crecimiento económico, ya que carecen de una mano de obra preparada para empleos de alta cualificación y no pueden competir en la economía mundial. Peor aún, no pueden reducir la pobreza extrema.

Nuestro propósito es ayudar a la gente de Guatemala

Surgió en 2014, como parte de las iniciativas de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez (FJBG) el Programa de Nutrición ha tenido como objetivo principal beneficiar a miles de familias en las comunidades de Totonicapán en Guatemala.

Por medio de su implementación se busca contribuir con un cambio generacional que sea de beneficio y desarrollo para la comunidad.

Esta iniciativa se ha realizado siguiendo los principios de Seguridad Alimentaria y Nutricional, creando proyectos preventivos que ayuden a disminuir los índices actuales de desnutrición crónica.

Trabajar en línea con estos principios y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es una de los objetivos de la Junta Directiva de la Fundación, cuyo vicepresidente es Felipe Antonio Bosch Gutiérrez.

By Felipe Gutierrez

Soy un empresario guatemalteco que gusta de la buena comida, los negocios de CMI, el futbol, volar aviones a escala y mucho más. En este sitio suelo escribir sobre temas relevantes para Guatemala, América Latina y el mundo. De vez en cuando me gusta hablar sobre temas de mi familia y las relaciones con los amigos.