Antigua Guatemala tiene mucho que ofrecer a los viajeros golosos. Con chocolaterías artesanales en cada esquina, cafés con temática chocolatera e incluso un Museo del Chocolate, el rico aroma del cacao se cuela por las calles empedradas y las estrechas callejuelas de esta ciudad colonial.
Guatemala tiene fama de ser la cuna del chocolate, y no hay mejor lugar que Antigua para descubrir la historia del grano de cacao y su importancia en la historia maya.
Alimento de los dioses
Aunque el cacao ya era utilizado por los antiguos olmecas de México, fueron los mayas guatemaltecos los primeros en documentar su uso, y con ellos el cacao se convirtió en un producto indispensable.
La palabra cacao procede del maya «Ka’kau», y chocolate del maya «Chocol’haa». La mitología maya afirma que el cacao fue regalado a los humanos por el héroe Hunahpú, y que aquí se consumió por primera vez como bebida.
Sólo lo disfrutaban los mayas más nobles y elitistas, y se han descubierto intrincados jarrones llenos de cacao en tumbas reales mayas de 450 a.C.
El cacao desempeñaba un papel importante en muchas ceremonias mayas, pero también tenía otra función en Guatemala: la de moneda.
Los granos de cacao se utilizaban con frecuencia en las transacciones, y cuando llegaron los colonizadores les llamó la atención la importancia que los mayas daban a los granos, que tomaron por una nueva variedad de almendra.
El hijo de Cristóbal Colón, Fernando, lo documentó cuando escribió: «Parecían tener estas almendras a un gran precio; porque cuando las trajeron a bordo del barco junto con sus mercancías, observé que cuando caía alguna de estas almendras, todos se inclinaban para recogerla, como si se les hubiera caído un ojo.»
Del grano a la barra
No es exagerado decir que los mayas veneraban el cacao, del que creían (con razón) que tenía multitud de beneficios para la salud.
Utilizaban una piedra para moler los granos de cacao, añadían harina de maíz y guindilla, y luego mezclaban la pulpa fermentada del cacao con agua para preparar una bebida beneficiosa para la salud.
El cacao también se utilizaba como afrodisíaco, y se dice que el líder maya Moctezuma consumía grandes cantidades para aumentar su apetito sexual.
Aunque Guatemala fue en su día uno de los principales productores mundiales de cacao, los beneficios económicos de su cultivo no eran tan importantes como los del café o la caña de azúcar, y con los años la industria decayó.
No obstante, más recientemente se ha producido un boom del chocolate guatemalteco, y el país cuenta con cerca de 9.200 fincas de cacao que producen unas 10.500 toneladas de chocolate al año.
La principal variedad de cacao utilizada es el criollo -la más antigua conocida y también la más rara-, de aroma dulce y sabor ligero y redondo.
La reputación de Guatemala como productor de uno de los mejores chocolates del mundo no deja de crecer, y el Museo del Chocolate de Antigua sigue siendo una de las atracciones más populares de la ciudad.
Mientras los chocolates artesanos vuelan de las tiendas a las bocas y maletas de los viajeros, los lugareños prefieren las formas más tradicionales de sus antepasados mayas; la inmensa mayoría del cacao que se consume en Guatemala se sigue bebiendo, no comiendo.
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