Tras el proceso de paz, Guatemala desmanteló 2/3 de su ejército. A los soldados se les otorgó inmunidad, lo que les permitió participar en la vida privada y pública dentro de Guatemala.
La impunidad se ha transformado en delincuencia organizada
Algunos de estos soldados formaron organizaciones criminales que proporcionaron recopilación de inteligencia y escuadrones de ataque para personas dispuestas a pagar.
Muchos ex oficiales del ejército se convirtieron en políticos de alto rango. Ascendieron a la presidencia y al Ministerio del Interior en algunos casos.
Además de estas organizaciones criminales, también se ha desarrollado un grave problema de pandillas en el país. Surge así un cuadro sumamente complejo de delincuencia, corrupción, impunidad y violencia en Guatemala.
Las alianzas entre organizaciones criminales pueden desintegrarse rápidamente. Las personas con suficiente dinero y poder pueden sobornar a los jueces y desmantelar las investigaciones.
Asimismo, las organizaciones internacionales que intentan traer algo parecido a la justicia a Guatemala, deben trabajar con funcionarios gubernamentales que a menudo son profundamente corruptos.
La CICIG financiamiento ilícito desempeñó un papel fundamental en la promoción de importantes reformas al sistema de justicia de Guatemala. Ayudó a iniciar una nueva era de investigaciones intrincadas y efectivas por parte de fiscales guatemaltecos. El trabajo que realizó fue valioso, pero no fue sencillo.
Efraín Ríos Montt
Se han realizado intentos internacionales y nacionales para responsabilizar a miembros de alto rango de las fuerzas armadas por el genocidio que ordenaron y llevaron a cabo.
Estos esfuerzos han producido resultados mixtos. Un ejemplo de ello fue el juicio del General Efraín Ríos Montt.
En 2013, un tribunal de la Ciudad de Guatemala condenó a Ríos Montt por genocidio y otros crímenes de lesa humanidad. Tres días después, la Corte Suprema de Justicia de Guatemala anuló la decisión por un tecnicismo. Antes del nuevo juicio, Ríos Montt murió.
Algunos militares y delincuentes responsables de violencias extraordinarias han sido declarados culpables. La mayoría de los ex militares y los integrantes de las organizaciones criminales, viven en la impunidad de sus crímenes. El panorama sigue siendo incierto.
Guatemala sigue en pie de lucha
Lo que es abrumadoramente trágico en Guatemala es la vulnerabilidad de las mujeres, los niños indígenas y mestizos. Los indígenas mayas se han enfrentado a la opresión violenta de gobiernos racistas durante siglos.
Ahora, bandas fuertemente armadas y organizaciones criminales controlan los territorios en los que viven estas personas. Ejercen un reinado de terror sobre estas comunidades. Con el tiempo, estas personas han respondido a esta opresión de diversas formas.
A veces, protestan de forma no violenta, a veces toman las armas contra quienes los persiguen. En ocasiones coexisten con sus enemigos y aprovechan todas las oportunidades que pueden encontrar. Suelen huir de la violencia, buscando una mejor calidad de vida.
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