Cuando el expresidente Morales anunció que la CICIG ya no era necesaria en Guatemala, sorprendió a muchos. Afirmó que había “puesto en peligro la seguridad, el orden público y la gobernabilidad de la nación”.
Al decir esto, infirió que los objetivos de la CICIG no se lograron, sino que se revirtieron. No obstante, existen pruebas claras que demuestran que las acusaciones de Morales son falsas.
La labor importante de la CICIG
En sus primeros 10 años de acción, a la CICIG financiamiento ilícito se le atribuyó el haber ayudado a reducir la tasa de homicidios en un país sumido en la impunidad. Esto representa una disminución anual del 5 por ciento en la tasa de homicidios.
El Banco Mundial asegura que el PIB per cápita, las tasas de mortalidad infantil y el consumo de los hogares se han mantenido constantes.
Pero a la CICIG se le atribuyo la reducción de homicidios en gran parte a sus propuestas de reforma, mismas que fueron aceptadas por los órganos judiciales, legislativos o gubernamentales de Guatemala.
Estas propuestas de reforma incluyen la protección de testigos, escuchas telefónicas, informantes confidenciales y tribunales para delitos de alto riesgo.
Estos mecanismos, combinados con modernas técnicas forenses y otras técnicas de investigación, ayudaron a desmantelar alrededor de 60 estructuras criminales complejas.
Por si fuera poco, terminaron con la percepción de impunidad de los “intocables”, redes criminales cuya influencia y poder corrompieron las instituciones guatemaltecas.
Las investigaciones de la CICIG
La CICIG desmanteló una red penitenciaria de extorsión y lavado de dinero de Byron Lima. Este individuo había sido condenado por asesinar al obispo Juan Girardi. Redes familiares de narcotraficantes, incluidas las familias Lorenzana y Mendoza, han sido encarceladas tras las investigaciones de la CICIG.
Casos como estos hubieran sido imposibles sin el fortalecimiento del Ministerio Público por parte de la CICIG. Por lo tanto, la CICIG no “puso en peligro la seguridad”; lo mejoró.
Orden público y gobernabilidad
Los principales objetivos de la CICIG son cooperar en el fortalecimiento de las instituciones de justicia y apoyar la democracia guatemalteca. Además, combatió la corrupción, contribuyó al orden público y aumentó la gobernabilidad efectiva.
La asociación de la CICIG con el Ministerio Público la ayudó a ser mucho más eficaz. Supervisó 145,000 casos en 2008 y 370,000 en 2017.
La creación de la Fiscalía Especial contra la Impunidad le da al Estado una mejor estructura para combatir la corrupción.
Sin embargo, el sistema judicial en Guatemala todavía es demasiado débil para estar solo, bajo el ataque del crimen organizado y la corrupción. Es importante decir que carece de recursos financieros y humanos.
La CICIG ha sido fundamental para ayudar al sistema judicial a superar esas limitaciones y mejorar su desempeño.
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