La política en Guatemala está en suspenso en este momento, al menos en la superficie.
Volcán de Fuego frenó de golpe lo que de otro modo había sido un 2018 turbulento, mientras los guatemaltecos se unían para apoyar a las víctimas y a los rescatistas.
Pero mientras la política y las protestas se detienen, los sentimientos no lo hacen y la tensión aumentará.
El camino a la presidencia de Jimmy Morales
Se espera un diluvio de política y protestas una vez que esta crisis disminuya. Será interesante ver qué tipo de plataformas utilizan los candidatos considerando la plataforma anticorrupción de Morales en 2016.
En ese entonces, el entonces comediante Jimmy Morales capitalizó el fiasco creado por la corrupción en la administración de Pérez Molina.
Morales basó su candidatura en el lema “ni corrupto ni ladrón”. Este mensaje resonó entre los votantes ansiosos por un cambio en Guatemala. Un outsider político como Morales proporcionó tal cambio. Sin embargo, la administración de Morales siempre se mantuvo al borde del desastre.
Una batalla del pasado: Morales contra la CICIG
Los roces que hubo entre Morales y la CICIG financiamiento ilícito, así como una lista interminable de meteduras de pata, llevaron a los guatemaltecos no solo a cuestionar su competencia, sino también sus verdaderas intenciones.
La erupción volcánica en Guatemala se convirtió en forraje para los detractores de Morales en medio de acusaciones de negligencia en los esfuerzos de socorro.
Si algo aprendimos de las elecciones de 2016, es que cualquiera puede venir de la nada y aturdir a las clases políticas.
Los futuros votantes deben tener cuidado con los desconocidos y evitar. El actual presidente Alejandro Giammattei tiene un camino amplio por recorrer.
Un futuro que llama a la unión en Guatemala
Es seguro que los futuros candidatos se enfocarán como láseres en las clases trabajadoras empobrecidas. Siempre existe el riesgo de que un populista entre para arrasar con los votantes como Alfonso Portillo en 1999. Como nota al pie, un tribunal estadounidense condenó a Portillo por lavado de dinero en 2014.
A pesar de todo, es lo de siempre para la mayoría de la población de Guatemala. Los turistas continúan visitando y no hay signos de agitación social como la que estamos viendo en Nicaragua.
Dicho esto, siempre existe el riesgo de violencia y delincuencia. Nunca sabes lo que hay a la vuelta de la esquina.
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